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Ella,
Brillante, refulgente con su vestido blanco de un cuarto de millón
sonrie orgullosa a sus amigas en el pasillo de la iglesia orgullosa;
aquellas lloran, emocionadas, igual
que su madre y la del novio ...
y él en el altar con cara de cordero de sacrificio.
Ella se supo el texto de memoria, él se equivocó tres veces,
perdió los anillos
y estuvo serio en las fotos,
-yo no me casaré-.
Antes, aquel día en que fueron por fin "fiancé"
Estaban en el coche, lloviendo y ella dijo: "¿Nos casamos?"
Y él contestó: "bueno", y el agua selló aquel
hermoso nudo de garganta ...
-yo no me casaré-.
Cuando se conocieron, él le advirtió que no se esposaría
pero ella fue una santa durante años
para convencerle,
porque aquél era "SU" hombre
"trabajando" a su futura suegra
para que le ayudara en el empeño
-yo no me casaré-.
Después ...
ella llegará a casa exhausta, será buena ama de casa
y una madre ejemplar
le dará sexo los sábados...cuando acabe el partido
y él la "ayudará" ...
mirará luego al cielo con tristeza preguntándose
a dónde fue a parar su juventud,
sus proyectos
-yo no me casaré-
porque primero nadie me lo ha pedido
de verdad
porque no seré la madonna de nadie
y nadie me amará el resto de su vida,
y no me casaré porque al fin y al cabo
la manera de amor que doy y busco
simplemente NO hay.
© 1999 Aurora Mateos
© 2019 Graham G Hawker
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